2006/01/29

Psicosis

Estaba sentado en esa cocina, la misma cocina en la que habia estado sentado otras cientas de veces. Podia sentir que habia algo en esa cocina. Frente a mi estaba, en la mesa, un brillante e impecable juego metalico de té, una bandeja con tres teteras, una azucarera abierta y una cuchara redonda.Detras de mi, sobre un almohadon floreado en una silla, resonaba inertemente la gloria de Beethoven a travez de un estereotipico aparato de audio.
En ese momento mis manos estaban humedas, era un animal, sentia mi cuerpo ya no como un instrumento o una herramienta para concretar mi voluntad, sino como una criatura viviente, con vertebras y tendones, cartilagos y nervios, y esa criatura se estaba enfurecida contra mi.
Observaba mis dedos y eran los dedos de una curiosa forma de reptil, los dedos de un hominido, humedos se tocaban unos a otros recordandome la senzacion de la piel naranja.
Todo era natural en esa cocina, salvo por una cuestion; sentia que era protagonista de un perverso cuento. Sentia que en aquella cocina algo tragico iba a pasar, podia afirmarlo con toda certeza, y lo unico que tenia en mis manos era un cuchillo.
Observaba el cuchillo, un cuchillo desafilado que me hablaba burlonamente del suicidio, un horroroso y sangriento suicidio con una oja que sin filo pero con dientes, no me ofrecia otro escape que serrarme las muñecas. Y alli mismo podia ver la sangre corriendo, y rechazaba esa imagen. La idea de que el universo conspiraba contra mi era tan fuerte, que esa azucarera abierta con la cuchara adentro a medio llenar, con la tapa que trataba de hacer girar entre mis dedos y se caia una y otra vez, se me ocurria aterradoramente burlona, me llevaba por un mundo de fantasia psicotica del miedo, del panico ante la inminente tragedia.
A modo de defensa empuñe el cuchillo y me dije "puedo controlar la situacion". Movia los brazos en torno, cuchillo en mano, al ritmo de la musica, y dejaba que Beethoven me llevara por senderos magicos e inexplicables. Pero en ese momento hizo su aparicion un personaje de cuentos, un enorme gato inexplicable que hablaba de forma monotona y rapida, como una caricatura, como otro elemento antojadizo y burlon de la psicosis que me inundaba, que me atrapaba.En ese instante senti una nausea, y vi dos imagenes claramente. Una de ellas era mi brazo sercenado y sangre goteando y desparramandose sobre la mesa; el cuchillo seguia en mis manos. La otra imagen, el otro universo que se me revelo, era una imagen que detestaba, una imagen de enfermedad y de decadencia del cuerpo y del alma, una imagen que se me revelaba como un recuerdo del futuro. Algo que ya estaba destinado pasaria, no importara como me condujera.
Intentaba recordar los consejos de los otros personajes del cuento, pero solo me hablaban de culpas y de insanidad, me sentia aterrado y el reloj sobre la puerta atestiguaba con precision cada segundo del panico que me abordaba. Mareado, humedo y febril, vomite con entuciasmo y horror sobre el suelo, y tuve la esperanza de que el miedo escapara de mi cuerpo en aquel acto.
Dije que me encontraba enfermo, y un psicopata desnudo me llevo a una habitacion de juguete.Las paredes eran de color rosa, y la cama y el impecable colchon que se encontraba en el medio del cuarto eran tambien rosas. En las paredes se encontraban retratos de personajes de dibujos animados. Los retratos me observaban desafiantes, en mi cabeza resonaba una frase: "Esa es la senzacion, es esa senzacion", y un arrebato de terror me informo que el universo entero conspiraba en mi contra, que en aquel mundo de fantasias perversas cualquier insensato personaje podia aparecer y atacarme. Alli estaban el psicopata desnudo, el gato de la enorme sonriza que me habia hablado de culpas, cuyo dialogo no lograba interpretar, pero cuya presencia me resultaba inquietante; y una tercera figura, la figura de un enfermero tan razonable, tan resaltante con aquella habitacion de juguete, con los retratos en las paredes, con esa tetera y ese aparato de audio, que en contraste resultaba tan desquiciado como todos los demas.
Mi mente repetia "Es esa senzacion", y mi conciencia me decia "PSICOSIS". Me sentia enfermo y humedo, pedi que prendieran el aire acondicionado, pero esto solo creo una absurda escena de locos buscando un control remoto.
Todos los elementos formaban parte de la conspiracion de miedo, del miedo a lo insano, sabia que en cualquier momento podrian salir de debajo de la cama hombres conejo perversos, o quizas hombres taza u hombres candelabro, y atacarme ferozmente. Ya habia visto que la muerte no era un escape posible.
Solo entonces aparecio la figura de la razon y me aferre a esa imagen. El mundo volvio a cobrar algo de sentido, y entonces fui al pasto y tumbado sobre el cesped pedi que me cubrieran de toallas.
Aterrado confese "Es la peor senzacion del mundo, peor que la muerte, es Beethoven y Mozart, es Hesse, es Lewis Carroll, un grito de auxilio. El terror al mundo de los hombres conejo."
Tambien recuerdo que le dije "Mañana voy a intentar explicartelo pero no voy a poder, entonces voy a escribir libros. Toda la historia va a repetirse."
Nunca podre ver a un juego de té con los mismos ojos, yo sabia que existia esa senzacion, solo que no la habia sentido. Nada es mas terrorifico que la psicosis.

6 comments:

Cherry dijo...

............................ no se que decir, me pareció espléndido.

la innombrable dijo...

Momentos como esos no se repiten, tal vez otra forma, pero siempre va a ser distinto. Alegrate por eso,porq mas alla de la psicosis es algo que ya paso y no va a volver...no.

Mi-Chan dijo...

sabes, que como escritor me deslumbras, sin embargo, todo eso me parece tan real en tu vida, creo que me aterra qeu hashas sentido eso, sin embargo...nada puedo hacer yo.

Mi-Chan dijo...

XD, mientras lo leia, lo pense.. pero qeu se sho.. muchas cosas en la cabeza de la ninia conejo.. que esperabas???, solo me alegro que estes bien n_____n ojala mi viaje no sea feo T_T

Sabúl dijo...

Lamento comunicarles que el papel de inmenso gato chiflado fue interpretado por mi. O por quien habitara mi cuerpo en ese momento. Cuidesén, guriseh. NADA REALMENTE IMPORTA.

Anónimo dijo...

NUNCA realmente importa