Magia.

Hay personas que se acuestan temprano para ir a trabajar. Hay personas que llegan a horario, que terminan a tiempo, que estan siempre listas para continuar. Porque es maravilloso que el mundo siga adelante. Es maravilloso que algo tan simple como despertarse por la mañana, firmar un papel, hacer fila o cobrar el dia diez, mantenga en funcionamiento al enorme sistema que es la sociedad. Asi es como somos indispenzables, cada persona es un engranaje que encaja en un lugar especifico de la maquinaria y el buen rendimiento de las piezas hace trabajar al conjunto. Por eso es peligroso que nos salgamos del esquema, un pequeño error nuestro pone en peligro al sistema. Y el sistema es nuestra razon de ser, perderlo es perdernos a nosotros mismos. A veces me parece que los hombres hemos olvidado lo maravilloso de la infancia. Cuando todavia eramos personas, cuando todo era posible y era nuevo. Cuando nos permitiamos desperdiciar el tiempo viviendo fantasias que soñabamos se iban a hacer realidad. No importaba el tiempo, no importaba lo imposible, ni siquiera importaba nuestro papel en el mundo: Eramos libres, eramos niños. Cuando uno es niño no llega a horario, no se levanta temprano, no hace fila, no firma ni cobra el diez. Por eso es tan maravillosa la vida cuando uno es niño, porque todavia conservamos la magia con la que hemos nacido. La magia que hace que todo sea infinito, que todo sea posible, que nada sea importante. La magia que nos permite amar sin medida, desear fuera de todos los parametros. La magia de los hombres esta en los sentimientos puros. Los niños no entienden de compromisos ni de propiedades, para ellos el mundo es demasiado hermoso. Por es si crecer es perder nuestra pureza y nuestra paz interior, si maduramos en el miedo y en la intolerancia, entonces que magico seria un mundo donde todos fueramos niños, al menos en nuestra manera de sentir.

Soñemos, amemos, creamos como niños, no perdamos la magia que Dios nos ha regalado.
Esa es, tambien, la enseñanza de Cristo.