2007/06/28

Traición

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Mi querido
A veces no hace falta
Ser ninguna otra cosa.
Aunque tus viejas costumbres
Y los demonios de tu servil comedia
Te griten diciendo:
Asqueroso simio humano!
Y te griten diciendo:
Repugnante estúpido idiota.

No dudes al dar el paso adelante:
Que reglas has de obedecer?
Únicamente las reglas de Sí-Mismo.
Y quien será tu juez y tu verdugo?
No será otro que Sí-Mismo.
Y quien será tu Redentor?
Si-Mismo será tu redentor. Jamás te permitas ofenderlo!
Y aunque ofendas a la humanidad.
y al mundo.
Y aunque ofendas a los dioses.
Nunca
Jamás
Ofendas a Sí-Mismo.

Porque los dias pasarán.
Y los espacios seguirán cambiando.
Y las personas, una a una, van a quedar atrás.
Pero Sí-Mismo es tu muerte
Va a estar con vos hasta el final
Y después.

Así que no lo dudes:
Bañate en el fango
Paseate desnudo
Y cuando ellos descubran
Que ya no estás a sus órdenes
Si te odian
Sabrás que sos libre
Te ganaste su respeto:
Al que es inferior no se lo puede odiar.

El que traiciona a Sí-Mismo
Para que otros aprueven su conducta
Al que se somete a la ley de Babel
A ese, Sí-Mismo lo desprecia
Y la humanidad también.

Solo el que brilla con su propia luz
Ese cuenta con todas las bendiciones;
Honrado por los dioses y por los hombres.
Ungido por la gracia de Sí-Mismo.

2007/06/25

La telepantalla

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Quiero hablar sobre la telepantalla.
La telepantalla es el rostro del sistema.
La telepantalla es el rostro de la bestia.
Basta meditar un momento al respecto para comprenderlo:
El rostro de la bestia solo puede decir mentiras.
Todo cuanto dice es mentira.
Nada de lo que dice es verdad.
Porque la bestia solo sabe decir mentiras.
Todo cuanto dice es mentira.
Nada de lo que dice es verdad.

Enorme es el poder que la telepantalla tiene sobre la gran masa humana.
A caso es posible creer que un poder tan gigantesco es ajeno a la influencia de la bestia?
No: La bestia sabe con exactitud, elige con detenimiento que es lo que la telepantalla muestra. Jamás permitirá que un poder tan grande permanezca ajeno a su influencia.

La humanidad entera, como aturdida por un sortilegio de hipnosis.
Todos creyendo que conocen, que saben, que comprenden.
Todos creyendo lo que dice la telepantalla.
Todos creyendo las mentiras de la bestia.
La telepantalla manda, y ellos obedecen.
Como esclavos, como muertos vivientes.
"Que sería de nosotros sin la telepantalla?", piensan los hombres despojados de su Voluntad.

La religión hegemónica humana, la religión que ha regido sobre el mundo occidental durante mas de mil quinientos años, solo exige una cosa para dominar sus mentes: Un par de horas de culto un día a la semana.
Cuanto mas es, actualmente, el volumen de tiempo que invierte la gran masa humana en su culto al nuevo ídolo?
La fé que ellos tienen en la telepantalla, la fé que ellos tienen en el rostro de la bestia, es total.

No se ofenda usted si lo repito. Quiero que quede muy claro:
La telepantalla solo puede decir mentiras.
Porque la bestia solo sabe decir mentiras.
Todo cuanto dice es mentira.
Nada de lo que dice es verdad.

La bestia no ama a los hombres.
Lo que la bestia ama, es el sabor de la sangre humana.
Lo que ama la bestia, es el sabor de las mentes humanas.
Así es también su rostro.
Así es también la telepantalla:
Fría, como las cadenas del condenado.
Humeante, como un motor de combustión interna.
Fétida, como una pila de cadáveres.
Estéril, como la brea y el asfalto.
Tóxica, como los residuos de la industria.

La telepantalla es el rey allí donde se encuentra.
Al encenderla, sus voces atraen todas las miradas.
Todas los ojos se vuelven hacia ella cada vez que está encendida.
Viola mi mente.
Viola tu mente.
La bestia reina en todo tiempo y en todo espacio en el que se encuentre, imponente, autoritaria, la telepantalla encendida.
Así es como extiende su manto de tinieblas.
Así es como exhala su hálito venenoso.

2007/06/21

Paso en falso

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Soy tan importante
que no puedo
dar un paso en falso
si quiero.

2007/06/20

Que irritante!

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La ansiedad es
como una piedra en tu zapato.
Una leve incomodidad
Que aparece y desaparece
Pero que suspendida en el tiempo
Es un tormento infernal.

Y pateás para un lado
y pateás para el otro lado,
como tratando de desplazar la piedra a un costado.
Para que por instante
solo por un instante
se apacigüe esa desesperante presión
para poder caminar en paz
derecho, siempre adelante
por el sendero.

Es tan fácil sacar la piedra del zapato
en un instante puede hacerse
pero detenerse
parar un poco
eso es mucho mas difícil.
Pese a que con cada paso
la piel
se resiente más.

Y empezás a toser palabras
ya sin poder controlarlo
desesperado por expulsarlo de tu mente.

Y tu garganta
y tus pulmones
con cada convulsión
se lamentan.

Te hace falta otro
uno que te recuerde
que sos tan solo una persona.
No tolerás
tener que quedarte a solas
con tu viejo enemigo.

Por eso escribís
lineas interrumpidas
como una anestesia
como hablándole a alguien
como hablándole a ella.

Cornisa

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Unos meses atrás me preguntaba por qué tantas veces me dejé
arrastrar por
esa angustia
tan absoluta

que es como una asfixia
del alma.


Me reía. En mi casa con mi amigo. Nos reíamos juntos.
Porque sabíamos
creíamos
que nunca
nunca
iba a pasarnos denuevo.

Por qué denuevo?
aún sabiendo
creyendo
siento que quiero
tirarme a un pozo.

It's a sad and beautyfull world
escuché que decía un señor en una película.

Mas bien diría yo
que su rostro
su Poder
me eclipsa
como un sol demasiado brillante.
Como un mundo de paz absoluta
visto a la distancia
desde una cornisa.

2007/06/19

Ayer

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La chica de la enorme sonrisa me invitó ayer a su casa.
Entre el alboroto producido por múltiples extranjeros, ella y yo hablábamos en castellano, y era casi como si estuviéramos solos.
Hablamos del Poder y del mundo, y de la magia y del embrujo de ser una persona.
Hablamos de los números y de las palabras. De los pensamientos.
Ella se reía, y yo me dedicaba con enorme gusto a hacerla reir.
Éramos un poco como niños. En ese momento solo ella y yo.
Pero algo triste ocurrió:
Entre el Caos de voces que sonaban fuerte, la chica de la enorme sonrisa pronunció las palabras equivocadas.
Esas palabras, que en otro tiempo y en otro espacio, solo podrían haber sido motivo de júbilo, en ese tiempo y en ese espacio opearon en mí una transformación lamentable.
No es tu culpa! Chica de la enorme sonrisa! Tus palabras eran buenas, cuando dijiste que estabas contenta porque yo estaba ahí con vos. Pero fueron demasiado para mí.

Bajamos al living room y miramos televisión. No me gusta la televisión, pero estaba prendida y había que mirarla. Hablamos de Filmus y de Macri, y de Baby Etchecopar, y la risa de ahora no venía del mismo lugar, ya no era música.
Paso a paso sentí que me iba hundiendo en ese fango en el que uno se hunde mas y mas a medida que pelea por salir. Si, ya sé que estoy loco. No puedo controlarlo.
Ahora me doy cuenta, pero en ese instante no era capaz de ver claro.

Había otro en la sala. Un señor extranjero usando la computadora.
Ese señor se fué a dormir y entonces le pedí a ella que me convidara mas té.
Pensamientos densos rodaban en mi cabeza, ansiaba volver a captar su sintonía, sentía que me faltaba su sonrisa, y eso es algo muy peligroso.
Entonces, como preso de un trance suicida, empecé a hablar.

Ayer te mostré, chica de la enorme sonrisa, algo que me apena mucho que hallas tenido que ver: El vergonzoso espectáculo de mi mente desnuda.
Nuestro propio cuerpo desnudo, es motivo de pudor en presencia de otro.
Pero la mente desnuda, en presencia de otro es causa de humillación.
Cargo ahora con el peso de unas palabras torpemente pronunciadas: Palabras que resuenan en mi mente como el clamor de muchas trompetas al unísono.

Fuiste buena conmigo, chica de la enorme sonrisa.

Que los Dioses te acompañen. Y que me permitan ver
antes del fin
una vez más
tu enorme
sonrisa.